¡Bienvenidos a mi web personal!
Bienvenidos a mi web personal www.rprs.es. Deseo compartir con todos vosotros este espacio personal que también es vuestro. He buscado un website sencillo e intuitivo en el que podáis manejaros sin dificultades y encontréis rápidamente los temas sobre los que trataré. Además de la sección de Actualidad, en la que os tendré al día de los acontecimientos más relevantes. Nada más, espero que os guste y, sobre todo, espero veros a menudo por aquí.
Rafael
El origen de La Mancha ha estado poblada desde la prehistoria, como lo testimonian los restos del paleolítico hallados en Alpera y Minateda (Albacete), los del neolítico en Valdepino (Cuenca), y los del bronce, fechados hacia el 2500 a.C. Las primeras fuentes escritas aparecen de la mano de griegos y romanos en los siglos V y IV a.C. y nos dan noticia de los primitivos pueblos iberos en Albacete, o celtíberos en Guadalajara. De esta época datan la Bicha de Balazote y la Dama oferente del Cerro de los Santos, obras maestras de estos pueblos prerromanos.
A partir del año 193 a.C. (batalla de Toletum) se inició la ocupación romana, se fundaron nuevas ciudades (Segóbriga y Valeria, entre otras), se revitalizaron otras, como Toletum u Oretum, y se construyó una importante red de vías de comunicación y otras obras públicas. Administrativamente, el territorio de la actual Castilla-La Mancha estuvo repartido entre las provincias en que se había organizado la Hispania romana: Bética, Lusitania, Tarraconense y Cartaginense.
Otro hecho importante en esta etapa es la cristianización de los habitantes de la región, que era casi total a finales del siglo III d.C.
En el siglo V, los pueblos germánicos que acosan al decadente imperio romano comienzan a realizar incursiones por el territorio de Castilla-La Mancha. El más importante de estos pueblos, el visigodo, que se había establecido en la península en el 507, al ser expulsados de Tolosa (actual Toulouse, en Francia) por los francos, fija la sede de su reino en Toledo en época de Atanagildo (555-567).
La Monarquía visigoda reemplaza entonces el poder de Roma, estableciendo un sistema jurídico y administrativo que puede considerarse como la primera estructura estatal propia de la Península Ibérica, con centro político en Toledo.
El origen de Ciudad Real está estrechamente vinculado a los avatares del antiguo asentamiento de Alarcos. Los intentos de repoblación, entre los siglos XII y XIII por parte de los monarcas cristianos en este lugar resultaron infructuosos. Es por ello que Alfonso X decidió fundar una ciudad en una nueva ubicación, a 9 km de Alarcos, en la aldea conocida como Pozuelo Seco de Don Gil. Esto ocurre en 1255. Mediante una carta puebla el rey concedió privilegios de poblamiento, definió el trazado de la ciudad y ordenó la construcción de una muralla que la rodease con 130 torres y siete puertas. Se le dio el nombre de Villa Real.
El territorio en el que se fundó la ciudad era el corazón de los dominios de la orden militar de Calatrava. Alfonso X quería contrarrestar la enorme influencia de esta orden militar, protagonista de las guerras de la reconquista, creando una localidad de realengo, sometida a su autoridad.
La población se asentó con grupos de habitantes de religión cristiana, musulmana y judía. Contaba Villa Real con una de las juderías más importantes de Castilla.
En la pugna con la orden de Calatrava, que fue constante desde su fundación, tuvo especial importancia la concesión del título de ciudad por parte de Juan II en 1420, como reconocimiento por su apoyo al rey contra las órdenes militares. A partir de este momento la ciudad pasó a llamarse Ciudad Real.
Edad Moderna y Contemporánea de Ciudad Real en 1691 Ciudad Real fue nombrada capital de la provincia de La Mancha al tiempo que ésta era creada.
Entre los días 26 y 27 de marzo de 1809 tiene lugar la batalla de Ciudad Real, entre las tropas imperiales de Napoleón y el ejército español y la Milicia de Ciudad Real en los puentes del Guadiana, en la que se enfrentaron más de 5.000 hombres de ambos bandos, siendo después Ciudad Real tomada por las tropas napoleónicas y ocupada por una Guarnición militar de Caballería hasta el año 1813. Tenía esta guarnición su cuartel, en el edificio creado por el Cardenal Lorenzana y que hasta la llegada del ejército napoleónico fue Hospital de Misericordia y convento.
Fue en 1833 cuando se creó la provincia de Ciudad Real tras el decreto del ministro Javier de Burgos y Ciudad Real se convierte en su capital y comienza a centralizar los servicios de la administración provincial y estatal. En 1843, gracias al Regente General Baldomero Espartero, Ciudad Real inaugura su primer Instituto Provincial de Educación. Fue tras la petición del alcalde señor Maldonado y tras la desamortización del Convento de los Mercedarios Descalzos, también Hospital. Este edificio fue el que había creado el Cardenal Lorenzana y que desde la invasión napoleónica en 1809, era cuartel.
En 1863 llega a la ciudad el ferrocarril y se secan gracias a él las lagunas de las Terreras, que –se decía– eran un foco de infecciones y muertes, sobre todo infantiles en el cercano barrio del Perchel. Tres años más tarde, en 1866, Isabel II visita Ciudad Real, alojándose en el antiguo convento de la Merced. Al mismo tiempo, se reconstruyen partes de la muralla y se inaugura el nuevo Ayuntamiento de Sebastián Rebollar. El 18 de noviembre de 1875, el Papa León XIII crea la Diócesis de Ciudad Real y la iglesia de Santa María pasa a ser la Sede de la Diócesis en 1877, en 1887 Ciudad Real se dota de un casino. En 1905 en el III Centenario del Quijote visita Ciudad Real Alfonso XIII.
Durante la Guerra Civil (1936—1939) la ciudad permaneció en territorio leal al Gobierno republicano y su nombre histórico fue oficialmente cambiado por el de «Ciudad Libre» o «Ciudad Libre de La Mancha».[3]
Etiquetas
La lista de etiquetas está vacía.